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OBSESIONES

¿Que son las obsesiones?

Las obsesiones son ideas, pensamientos o imágenes que se repiten en la mente de la persona y que, en general, crean malestar y nerviosismo. La persona sabe que esas ideas son producto de su mente, pero se siente incapaz de controlarlas.

Las obsesiones no son preocupaciones sin más.

La valoración de la importancia de las obsesiones dependerá del grado en que afecte a la vida cotidiana de la persona.

Las causas de las obsesiones

Las causas más diversas pueden estar en la explicación de la aparición de un trastorno obsesivo-compulsivo. La muerte de un ser querido, tensiones en el trabajo, problemas en la pareja... son acontecimientos que pueden desencadenar una serie de pensamientos obsesivos.

Pero, ¿siempre que se presenta alguna de estas situaciones aparece un trastorno obsesivo-compulsivo? Lógicamente, no. De ser así, la mayoría de las personas lo padecería.

Existen una serie de características personales y de nuestro ambiente que nos hacen más vulnerables a desarrollar el trastorno. Por ejemplo, si hemos sido educados en un ambiente muy restrictivo en el que se ha prohibido hablar de cualquier tema relacionado con la sexualidad, es muy posible que nos cree mucho malestar tener pensamientos acerca de ello.

Por otro lado, existe una serie de situaciones especiales como son las originadas por el estrés o el agotamiento que pueden favorecer la aparición de obsesiones y compulsiones.

Una persona preocupada por mantener su puesto de trabajo ante las continuas amenazas de despido, es posible que dedique mucho tiempo a repasar una y otra vez la actividad realizada para comprobar que no ha cometido ningún error. Estas acciones desaparecerán cuando termine la situación que crea tensión.

¿Cómo superar las obsesiones?

Para superar los estados obsesivos o compulsivos daremos una serie de pasos con probada eficacia:

  • Distinguir entre obsesiones y preocupaciones. En la definición de las obsesiones vimos como éstas no entraban dentro de la categoría de lo que podrían ser preocupaciones normales de la vida cotidiana. Por eso es tan importante partir de esta distinción para descubrir si existen o no obsesiones. Para poder hacerlo, puedes servirte de las siguientes preguntas:
    • ¿Te vienen a la mente ideas, pensamientos o imágenes que parecen estar fuera de tu control?
    • ¿Se repiten con mucha frecuencia estos pensamientos, ideas o imágenes?
    • ¿Te crea un gran malestar pensar en ello?
    • ¿Consideras que se trata de ideas en las que no ten­ drías que pensar?s hora de enfrentarse a él. Anota el pensamiento que surge.

Es importante que te convenzas de que no eres un enfermo mental. Por diversas circunstancias has aprendido a comportarte de este modo y es muy posible que puedas desaprender para empezar a ser una persona completamente distinta.

  • Analizar las causas del malestar. Normalmente los pensamientos obsesivos no cuentan con ningún razonamiento que nos ayude a relajarnos. Podemos estar preocupados en exceso por contraer una enfermedad o por sufrir un accidente y nadie puede asegurarnos que esto no vaya a ocurrir. Tristeza

Lee ese pensamiento una y otra vez, hasta que vayas notando cómo el malestar va descendiendo. Recuerda que es importante enfrentarse a aquello que nos crea temor con el fin de descubrir que no tenemos de qué preocuparnos.

  • Organizar tu tiempo para pensar. No puedes pasarte lodo el día leyendo ese pensamiento que tanto te preocupa o pensando en esa idea o imagen. Márcate un tiempo para que puedas seguir con tu vida normal. Busca un hueco en tu horario y proponte pensar en eso que te preocupa durante ese tiempo. Supongamos que tienes libre de cinco a cinco y media de la tarde; proponte pensar en aquello que te preocupa en ese periodo de tiempo. Cuando lleguen las cinco, deja todo lo que estás haciendo y ponte a pensar hasta las cinco y media. Lee ese pensamiento una y otra vez fuera de ese horario no podrás pensar en ello, pues tienes otras muchas cosas a las que dedicarte. Si a lo largo del día te viene ese pensamiento, dite a ti mismo: «Está bien, tengo que pensar en ello, pero ahora no, sino a partir de las cinco.»

De esta manera aprenderás a controlar tu pensamiento para que no interfiera en las actividades de tu vida cotidiana.

  • Consultar personalmente con un profesional, si la obsesión es muy frecuente, te crea un gran malestar y te sientes incapaz de controlarla.

Surya-Aruna

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