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BELLEZA Y FEALDAD

Un día soleado, dos hermanas llamadas Belleza y Fealdad decidieron salir juntas a pasear.

Al pasar junto al río, sintieron deseos de tomar un baño, bajo el fuerte sol de verano; así que se despojaron de sus ropas y entraron lentamente a las aguas. Juguetearon, salpicaron con sus saltos dentro del agua y rieron hasta ya avanzada la tarde.

Al salir, se vistieron cometiendo una equivocación: Belleza se puso las ropas de Fealdad, y Fealdad se vistió con las ropas de Belleza ...

Hoy en día la gente sigue confundiéndolas ...

"La verdadera Belleza o Fealdad de una persona,
se observa en su corazón."


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La Aguja

Una mujer, en el colmo del desconsuelo, se afanaba buscando alrededor de un farol.

Encorvada, daba vueltas de aquí para allá, explorando en el suelo.

Era noche avanzada y un hombre pasaba por allí de vuelta a su hogar. Vio a la mujer, que había empezado a gimotear atribulada.

- Buena mujer, pero ¿qué te ocurre? ¿Puedo ayudarte en algo?

- Qué más quisiera yo! – exclamó la mujer, sin dejar de buscar ansiosamente -. He perdido una aguja en mi casa y no la encuentro.

Perplejo el hombre preguntó:

- Pero, mujer, si la has perdido en tu casa, ¿por qué buscas aquí?

- ¡Oh! – suspiró apenada la mujer -. Como en mi casa no había luz, he venido a buscarla junto a este farol.

lc

Muchas veces el ser humano, por falta de entendimiento correcto,

busca justo allí donde no le será posible encontrar,

por lo que se hunde en la desesperación y el desaliento.

No podremos hallar fuera de nosotros aquello

que palpita en nuestro interior ni nadie nos podrá

procurar el sosiego y la claridad que

debemos ganar por nosotros mismos a través del

esfuerzo correcto y el trabajo interior.

Aunque en principio haya oscuridad dentro de ti,

si indagas en tu interior y te aplicas con motivación correcta a tu búsqueda,

resplandecerá en tu corazón la luz de la Sabiduría que libera.

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OBSESIONES

¿Que son las obsesiones?

Las obsesiones son ideas, pensamientos o imágenes que se repiten en la mente de la persona y que, en general, crean malestar y nerviosismo. La persona sabe que esas ideas son producto de su mente, pero se siente incapaz de controlarlas.

Las obsesiones no son preocupaciones sin más.

La valoración de la importancia de las obsesiones dependerá del grado en que afecte a la vida cotidiana de la persona.

Las causas de las obsesiones

Las causas más diversas pueden estar en la explicación de la aparición de un trastorno obsesivo-compulsivo. La muerte de un ser querido, tensiones en el trabajo, problemas en la pareja... son acontecimientos que pueden desencadenar una serie de pensamientos obsesivos.

Pero, ¿siempre que se presenta alguna de estas situaciones aparece un trastorno obsesivo-compulsivo? Lógicamente, no. De ser así, la mayoría de las personas lo padecería.

Existen una serie de características personales y de nuestro ambiente que nos hacen más vulnerables a desarrollar el trastorno. Por ejemplo, si hemos sido educados en un ambiente muy restrictivo en el que se ha prohibido hablar de cualquier tema relacionado con la sexualidad, es muy posible que nos cree mucho malestar tener pensamientos acerca de ello.

Por otro lado, existe una serie de situaciones especiales como son las originadas por el estrés o el agotamiento que pueden favorecer la aparición de obsesiones y compulsiones.

Una persona preocupada por mantener su puesto de trabajo ante las continuas amenazas de despido, es posible que dedique mucho tiempo a repasar una y otra vez la actividad realizada para comprobar que no ha cometido ningún error. Estas acciones desaparecerán cuando termine la situación que crea tensión.

¿Cómo superar las obsesiones?

Para superar los estados obsesivos o compulsivos daremos una serie de pasos con probada eficacia:

  • Distinguir entre obsesiones y preocupaciones. En la definición de las obsesiones vimos como éstas no entraban dentro de la categoría de lo que podrían ser preocupaciones normales de la vida cotidiana. Por eso es tan importante partir de esta distinción para descubrir si existen o no obsesiones. Para poder hacerlo, puedes servirte de las siguientes preguntas:
    • ¿Te vienen a la mente ideas, pensamientos o imágenes que parecen estar fuera de tu control?
    • ¿Se repiten con mucha frecuencia estos pensamientos, ideas o imágenes?
    • ¿Te crea un gran malestar pensar en ello?
    • ¿Consideras que se trata de ideas en las que no ten­ drías que pensar?s hora de enfrentarse a él. Anota el pensamiento que surge.

Es importante que te convenzas de que no eres un enfermo mental. Por diversas circunstancias has aprendido a comportarte de este modo y es muy posible que puedas desaprender para empezar a ser una persona completamente distinta.

  • Analizar las causas del malestar. Normalmente los pensamientos obsesivos no cuentan con ningún razonamiento que nos ayude a relajarnos. Podemos estar preocupados en exceso por contraer una enfermedad o por sufrir un accidente y nadie puede asegurarnos que esto no vaya a ocurrir. Tristeza

Lee ese pensamiento una y otra vez, hasta que vayas notando cómo el malestar va descendiendo. Recuerda que es importante enfrentarse a aquello que nos crea temor con el fin de descubrir que no tenemos de qué preocuparnos.

  • Organizar tu tiempo para pensar. No puedes pasarte lodo el día leyendo ese pensamiento que tanto te preocupa o pensando en esa idea o imagen. Márcate un tiempo para que puedas seguir con tu vida normal. Busca un hueco en tu horario y proponte pensar en eso que te preocupa durante ese tiempo. Supongamos que tienes libre de cinco a cinco y media de la tarde; proponte pensar en aquello que te preocupa en ese periodo de tiempo. Cuando lleguen las cinco, deja todo lo que estás haciendo y ponte a pensar hasta las cinco y media. Lee ese pensamiento una y otra vez fuera de ese horario no podrás pensar en ello, pues tienes otras muchas cosas a las que dedicarte. Si a lo largo del día te viene ese pensamiento, dite a ti mismo: «Está bien, tengo que pensar en ello, pero ahora no, sino a partir de las cinco.»

De esta manera aprenderás a controlar tu pensamiento para que no interfiera en las actividades de tu vida cotidiana.

  • Consultar personalmente con un profesional, si la obsesión es muy frecuente, te crea un gran malestar y te sientes incapaz de controlarla.

Surya-Aruna

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AFRONTAR LA ANSIEDAD

Que actividades pueden ayudar a relajarte?

  • Realizar ejercicios de relajación.
  • practicar algún deporte (natación, yoga...) o pasear.
  • estar con la familia y/o amigos.
  • Pasear a un animal, jugar con él, acariciarle...
  • Hacer punto, coser o cocinar (en general cualquier actividad que nos resulte placentera).

¿Cómo afrontar un problema de ansiedad?

La ansiedad es problema muy común (que unos niveles de ansiedad normales son necesarios para nuestra supervivencia) y que todos pasamos por momentos difíciles que nos preocupan y ponen nerviosos. Puesto que la ansiedad es algo que no se puede eliminar de nuestra vidas (ya que es algo que necesitamos), debemos aprender a controlarla para que no interfiera en nuestro bienestar.

Por eso, estar nervioso no es algo terrible, siempre y cuando conozcamos hasta dónde podemos llegar y establezcamos unos límites; en otras palabras, que seamos capaces de controlar nuestro comportamiento.

Para enfrentarte a la ansiedad te proponemos los siguientes pasos:

  • Di «¡Basta ya!» Rompe con lo que te preocupa. Cuando te veas inmerso en una serie de pensamientos que provocan ansiedad, di «¡Basta!» o da un pequeño golpe que rompa esa cadena; reemplaza esos pensamientos por imágenes agradables. Los pensamientos no van a ayudarnos, por si solos a cambiar nuestra situación. Es hora de buscar una solución.
  • Intenta descubrir qué es lo que te preocupa. Si tiene solución, búscala y ponla en práctica. En la mayoría de los casos, la ansiedad aparece porque no actuamos, porque no nos enfrentamos al problema.

Quizás eres una de esas personas que lo tiene todo (familia, trabajo, salud...), pero no te encuentras plenamente satisfecha. No sabes qué te pasa, no crees tener motivos para quejarte, pero en el fondo hay algo que te hace sentir mal. Por eso te proponemos que te detengas unos minutos e intentes analizar qué es lo que te está causando tanta ansiedad. Para observar tu vida puedes servirte de la siguiente tabla.

Fecha/hora

Episodio de ansiedad:

¿qué sentí?

Antes:

¿Qué ocurrió y qué pensé?

Después:

¿Qué ocurrió y qué pensé?

  • Práctica algún deporte y busca alguna afición. Si no encuentras nada que te guste, prueba con alguna actividad que te parezca interesante. Ten en cuenta que la única manera de iniciar aficiones es practicándolas.
  • Elabora unas pequeñas tarjetas donde anotes recuerdos, frases positivas sobre ti mismo... Fíjate en los ejemplos.

El viaje que hice a Venecia

La expresión de mi marido cuando le regalé la cámaraSoy una persona simpática
  • Busca actividades en las que tengas que relacionarte con los demás. Puede ser muy estimulante y enriquecedor.
  • Organiza tu tiempo. Puedes encontrar el momento de relajarte, disfrutar y cumplir con tus obligaciones. No dejes de realizarlas a causa de tu estado de ánimo. Tú eres quien controlas tu vida.
  • Elabora un recordatorio escrito con los pasos que debes dar para superar un momento de ansiedad. Deberás tenerlo siempre a mano
  • Realiza ejercicios de relajación; te proporcionarán autocontrol y te serán de gran utilidad para ponerte en marcha en cualquier momento.

La ansiedad y otros trastornos

La ansiedad es un problema que aparece en la base de otros muchos trastornos, entre los que podemos citar los siguientes: terrores nocturnos y, en general, alteraciones del sueño, fobias, obsesiones, depresión, problemas de pareja, trastornos de la alimentación, adicciones, tartamudez, tics nerviosos...

Por eso, la mayoría de los tratamientos dirigidos a superar problemas psicológicos incluyen técnicas que ayudan a controlar la ansiedad.

No utilices la ansiedad para...

  • Manejar el comportamiento o sentimientos de los demás. Cuando le dices a tu marido que no haga esto o aquello porque te pone nerviosa, o a tu hija que te va a matar a disgustos, no estás poniendo los remedios adecuados pura superar la ansiedad pues haces que los demás sean los únicos responsables de lo que te pasa. Es cierto que los demás hacen cosas que nos molestan, pero los únicos que podemos controlar nuestro estado de ánimo somos nosotros, por lo que lo más inteligente es conseguir que nuestra felicidad no dependa de lo que hagan o digan los demás. Toma las riendas de tu vida no permitas que nadie ni nada te saquen de tus casillas, si tu no quieres.
  • No hacer algo que no te gusta. Debes enfrentarte a la vida y sus responsabilidades. Muchas personas no hacen ciertas cosas porque «les ponen nerviosas», pero es que algunas de ellas son necesarias. No puedes dejar de ir al médico o evitar una operación, porque los hospitales «te sacan de quicio. Debes enfrentarte a la vida, incluso a aquellas cosas que no te gustan. Tal vez tengan su sentido y si las llevas a cabo consigues sentirte mucho mejor.
  • Evitar situaciones que requieran esfuerzo. La mayoría de los hobbies surgen después de haber dedicado tiempo y esfuerzo a una actividad. Practicar un deporte es una de las prácticas más eficaces para combatir la ansiedad, pero también para mantenerse en forma y sentirse bien con un mismo. Ya sé que para alguien poco deportista, resulta bastante difícil dar el paso de ponerse el chandal y las zapatillas. Pero te aseguro que tendrá su recompensa. Anímate y decídete a implicarte en algunas actividades que pueden ayudarte a estar mejor.
  • Justificar tu comportamiento. Es importante reconocer nuestros errores, pero sin echar la culpa continuamente a la ansiedad, ya que tú puedes hacer cosas para superarla. Por ejemplo, el estudiante dice que se puso nervioso y que por eso no aprobó, y cree que así todo queda explicado. Pero no podemos olvidar que la ansiedad se puede controlar y poner a nuestro servicio para conseguir en nuestra vida todo aquello que deseamos.

Bernabé Tierno

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