Related Posts with Thumbnails

El amor y la locura

Una antigua y conocida leyenda cuenta que todas las vivencias y las emociones humanas solían encontrarse en un frondoso bosque mágico para jugar. Allí, el odio, la esperanza, la envidia, el amor y el miedo correteaban riendo sin parar perseguidas por el rencor, la locura, la traición, la alegría y la curiosidad.
Dicen que un día, jugando al escondite, la locura buscaba al amor, que se había escondido entre una montaña de hojas, la traición le acercó un tridente de afiladas puntas y la instó a pinchar el follaje para descubrirlo. Así lo hizo la locura sin so­pesar el daño que resultaría de su acción. Cuenta la leyenda que, desde entonces, el amor se quedó ciego y que la locura, llena de culpa, decidió guiar sus pasos.
Después de tanto andar juntos el amor y la locura, ter­minaron haciendo pareja y disfrutaron inmensamente. Pocas cosas son eternas, y llegó un momento en el que el amor, cansado de tanto delirio, descontrol e incertidumbre, dejó a su lazarillo y decidió casarse con la razón.
El amor no se equivocó en su decisión, porque guiado por la razón los peligros desaparecieron y las inseguridades se des­vanecieron con ellos.
Nada es perfecto, porque pasado un tiempo el amor em­pezó a darse cuenta de que en medio de tanta seguridad es­taba muy tranquilo pero se aburría como una ostra.
Después de mucho pensarlo y consultarlo con su amiga la fantasía, el amor tomó una decisión, o mejor dicho dos: seguiría casado con la razón, pero se daría la li­bertad de vez en cuando de encontrarse con su vieja y aman­te compañera, para dejarse llevar por ella y perderse en la locura, por un rato, antes de volver, renovada, a los seguros brazos de la razón.

Read User's Comments(0)

La tristeza y la furia

En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta....
En un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas......
Había una vez.......
Un estanque maravilloso.
Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente....
Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.
Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos, entraron en el estanque.
La furia apurada (como siempre está la furia), urgida, sin saber por qué se bañó rápidamente y más rápidamente aún, salió del agua...
Pero la furia es ciega, o por lo menos, no distingue claramente la realidad, así que desnuda y apurada, se puso al salir, la primera ropa que encontró....
Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza.....
Y así vestida de tristeza, la furia se fue.
Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre, a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque.
En la orilla se encontró con su ropa ya no estaba.
Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.
Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos, es solo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad.... está escondida la tristeza.

Read User's Comments(0)