Hay dos tipos de soledad:
- la personal (ausencia de una relación íntima con alguien)
- y la social (carencia de amistades)
Vencer la soledad no deseada: unos pasos útiles
Diagnóstico: qué tipo de soledad es la que estamos sufriendo y a qué circunstancias se debe.
Conocernos bien. Dejemos a un lado el miedo a mirar dentro de nosotros, y afrontemos la necesidad de saber cómo somos: nuestras ilusiones y ambiciones, limitaciones y miedos, quién quiero ser, cómo me ven, cómo me veo.
Fuera la timidez. Tomemos la iniciativa para conseguir nuevas relaciones. Establezcamos qué personas nos interesan y elaboremos una estrategia para contactar con ellas.
No hay nada que perder. El miedo al rechazo es un freno para entablar nuevas amistades o amores. El objetivo es importante, no nos andemos con remilgos.
Sin victimismos. El mundo resulta en ocasiones cruel, vulgar y materialista, de acuerdo. Pero seguro que hay otras personas que pueden estar deseando conocer a alguien como nosotros.
Encerrarnos en nosotros mismos es reconocer la derrota. A la mayoría la soledad nos hace daño, y nos sienta mejor tener con quién hablar, intimar y a quién querer.
No somos tan raros como a veces pensamos. No hay más que hablar en profundidad y confianza con cualquier persona para comprobarlo. Podemos “llenar” a más gente de la que creemos y nos pueden resultar atractivas muchas personas que tenemos muy cerca.
Surya-Aruna
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