Era un día normal, como otros muchos, volvía del trabajo para mi casa, cuando me llamo la atención un perrito, llevaba un cascabel en su cuello que al andar sonaba, y me fije en él, estaba corriendo de un lado para otro, jugando… mientras su dueña lo observaba con una sonrisa.
Mientras subía las escaleras para llegar a mi casa sentí un golpe y los aullidos del perrito, supe sin ver nada, lo que había pasado.
Nada más entrar en mi casa lo primero que hice fue ir a la ventana y allí estaba el pequeño perro, ya muerto, lo había atropellado un coche.
No me fije ni en el coche, ni en la gente, solo en su dueña, que repetía una y otra vez el nombre de su perro, lo abrazó, y la chica no podía dejar de llorar… sentí mucha pena por ella y por su perrito.
Había oído muchas veces que la vida puede cambiar en un instante pero hasta ese mismo momento, yo no era consciente de ello.
Y me pasé el día dándole vueltas al hecho que de verdad me había impresionado, cómo puede cambiar todo en un segundo… y que poco disfrutamos de la vida…
Vive el presente,
porque el ayer es un sueño,
y el mañana una ilusión.
Mostaza
1 comentarios:
pobre pequeña, trite narracion, he vivido cosas parecidas, y el sentimiento es horrible.
cuidaos.^^
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